martes, 20 de mayo de 2014

THE SADIES, LA ELEGANCIA CANADIENSE (Entrevista)

Alfonso Cardenal
Sofá sonoro, 06/01/2014


No hay muchas bandas de música americana que tengan una trayectoria tan notable como The Sadies, los chicos de Toronto son los que mejor han seguido la estela de The Band, el grupo canadiense que acompañó a Bob Dylan en sus mejores años de carretera. En veinte años de carrera han mostrado una evolución musical que les ha confirmado como uno de los grupos más interesantes de la escena y que les ha llevado a compartir gira y escenario con algunos de sus héroes. La banda editó en septiembre ‘Internal sounds’ y este mes comienzan gira española con más de una decena de paradas. Charlamos con Mike Belitsky, batería del grupo, sobre el presente y el futuro de la banda de Toronto, sobre su evolución y sobre los momentos que han compartido con otras bandas.

Vuestra banda ha compartido escenario con algunos de los músicos más interesantes de los últimos 20 o 30 años de la música estadounidense, gente como Neil Young, John Doe o músicos de The Band. ¿Qué has podido aprender de ellos?

La característica más marcada de trabajar con grandes artistas como ellos es ver cómo consiguen plasmar lo que tienen en la cabeza en sus discos o en sus directos. Cada uno tiene un modo diferente de hacerlo y de plasmarlo. Algunos quieren controlar absolutamente todos los detalles, y otros, sin embargo, dejan que sean los músicos los que interpreten lo que están tratando de expresar. Da igual el camino que elijan, en cualquier caso acaban haciendo unas canciones maravillosas y es un lujo poder presenciar ese proceso.



Lleváis mucho tiempo como banda trabajando con una media de disco por año. ¿Cómo os planeáis el año con todas las giras, la promoción, el tiempo en el estudio…?

Creo que todos sentimos cuando ha llegado el momento de volver al estudio a preparar un álbum nuevo. Ese momento suele ser cuando hemos terminado de girar y promocionar el último disco  tanto como hemos podido y después de dejar algún tiempo para algún otro proyecto o colaboraciones con amigos. No es algo que solamos planear o que funcione como una fórmula. Más bien sucede de un modo orgánico.

¿Después de 15 años cuál dirías que es vuestro punto más alto y más bajo como banda?

Los momentos más altos, de más alegría, suelen venir cuando acabamos una gira y el resultado ha sido bueno. Es una gran sensación pensar que has trabajado duro y que en el proceso has conseguido entretener a la gente. Los momentos complicados son más difíciles de seleccionar. Sencillamente hay días en los que te sientes atrapado y estos suelen coincidir con momentos en los que el coche se ha roto y estás pensando si vas a llegar a tiempo al próximo concierto.

Hace unos años tuvisteis la oportunidad de telonear a Neil Young en su gira canadiense, ¿cómo fue la experiencia?

Sencillamente genial. Su público parece haber profundizado en nuestra música y eso es lo mejor que una banda puede esperar cuando te toca actuar delante de miles de personas que han pagado mucho dinero para ver a alguien que no eres tú.

Cuando comenzaste la banda allá por 1994, ¿cuáles eran vuestros sueños, vuestras metas?

Creo que como banda siempre hemos tenido unos objetivos bastante realistas e ideas muy claras de lo que es tener éxito.  Siempre hemos mantenido el siguiente obstáculo a la vista, justo enfrente, y nunca hemos pensado en cómo serían las cosas dentro de 20 años. Ya casi han pasado 20 años y me siento muy orgulloso de lo mucho que hemos trabajado y del nivel musical que hemos alcanzado. Ahora podemos tocar nuestra música en distintos países del mundo y no tenemos que empeñar nuestro equipo o nuestros discos cuando toca pagar el alquiler. Las cosas nos van bien.

Después de todos estos años, ¿qué es lo que te hace sentir más orgulloso de vuestra trayectoria?

Supongo que lo que más nos motiva es escuchar eso de que somos una banda que gusta a otros músicos. Me pone nervioso pensar que otros músicos nos están viendo, escuchando o juzgando nuestro trabajo, aunque a la par hace que quiera dar siempre el mejor concierto que puedas. Nunca sabes quién puede estar entre el público.

¿Hay algún disco que consideres que ha sido determinante o que haya tenido un gran impacto en ti como músico?

La verdad es hay varios. Los primeros discos de los Ramones me marcaron mucho cuando estaba en el instituto. También adoraba a The Clash y cuando era crío escuchaba muchísimo el disco blanco de los Beatles, que era el disco favorito de mi padre. Aquel disco me despertó la inquietud musical cuando descubrí lo que era perder la cabeza escuchando un disco y a día de hoy me sigue encantando el ruido del avión al comienzo de ‘Back to the URSS’.

Soy un gran fan de vuestros trabajos con Andre Williams, dos discos maravillosos con uno de los personajes más peculiares e intensos de la música, un pionero que unió el punk y el blues  y que tiene una vida llena de altibajos. ¿Cómo conocisteis a Andre?

Le conocimos cuando nuestro sello discográfico nos propuso colaborar en un álbum de country con él. La idea del proyecto era juntar a distintos músicos y artistas y que grabasen  distintas canciones del disco con Andre. Pero hubo una enorme tormenta de nieve que cerró por completo la ciudad de Detroit que era donde estábamos nosotros con  Andre. Por culpa de la tormenta ningún músico pudo llegar al estudio y nosotros acabamos grabando el disco al completo con él para fortuna nuestra.

Desde fuera Williams parece un gran personaje con una gran historia y una trayectoria espectacular. ¿Cómo le describirías como músico y como persona?

Describir Andre como músico es muy sencillo: es sencillamente increíble. Andre sabe lo que quiere y tiene la habilidad de comunicártelo de tal modo que hace que los otros músicos se sientan parte del proceso también. Como persona, Andre es excepcional. Ha vivido muchísimas vidas en una. Tiene muchos consejos que dar y muchísima sabiduría que compartir con los que seguimos y lo hace de un modo que resulta encantador y lleno de gracia.

viernes, 16 de mayo de 2014

MADCHESTER (Documental)

[Documental de la TV británica sobre la escena musical de una de las ciudades inglesas más emblemáticas en cuanto al pop: Manchester. Están todos: The Buzzcocks, Joy Division, New Order, The Smiths, The Stone Roses, The Happy Mondays... Eso sí, no está traducido al español, sorry.]

miércoles, 14 de mayo de 2014

FALLECE ALFREDO CALONGE DE LOS NEGATIVOS

Diego R. J.
www.rtve.es, 14/05/2014

[De nuevo una mala noticia...]


Alfredo Calonge ha fallecido esta pasada noche a causa de un infarto. Una noticia que sacude tanto por lo trágico como por lo inesperado.

Hablamos de quien, posiblemente, fue el primer mod de Badalona y con seguridad uno de los pioneros en la escena modernista de la Ciudad Condal. En su juventud vivió la “vida total”, marcó tendencias y se sacó su graduado en underground incluso antes de incorporarse a unos recién formados Los Negativos en 1984.

Dos años después sacaron su primer álbum, 'Piknik Caleidoscópico', una de las grandes obras de los 80, un disco de que entrelazaba pop, garaje y psicodelia con elegancia, preciosismo y canciones que marcaron de por vida a muchos seguidores eternos.


Tras su segundo álbum, '18º Sábado Amarillo', la banda comenzó a desquebrajarse y Alfredo formaría Doctor Love para continuar en los 90 con Bondage. Ninguno de estos proyectos obtuvo la repercusión merecida. Su vida no fue fácil, tuvo problemas económicos, pero nunca dejó la música. 

Desde hace unos años formaba parte de The Canary Sect, al mismo tiempo que volvía a vivir una segunda juventud con unos revividos Negativos. Editaron en 2009 'Dandies Entre Basura' y hace apenas unos meses salió un nuevo y excelente single que servía de adelanto para el que sería su próximo álbum. Un disco que estaba en proceso al acontecere este triste desenlace, y que no se ha llegado a finalizar. 

Su último concierto fue el pasado 30 de marzo con The Canary Sect en La Traviesa de Torredembarra (Tarragona). DEP.


martes, 13 de mayo de 2014

NO WAVE: LA NEGACIÓN DEL ROCK

Kiko Amat
La Escuela Moderna,  25/09/2008


A los punks de 1976 les encantaba la dialéctica del Año Cero polpotiano, una retórica faltona (Muerte al rock) que, aunque celebrable, era bastante de boquilla. Al igual que lo de coserse esvásticas, iba más de molestar a unos cuantos vejetes que de afiliación. Robin Crutchfield, de DNA, declararía que “La No Wave era una reacción contra la música punk de ingleses como los Sex Pistols y todo ese rock de tres acordes cuyas actitudes pueden haber sido punk, pero cuyas raíces musicales vienen de los riffs de Chuck Berry de los 50’s”. Si obviamos a Subway Sect, Wire y pocos más, un rápido vistazo a los grupos de punk rock más relevantes muestra sus coordenadas: Ramones (Ronettes, Beach Boys), Sex Pistols (Small Faces, Who) o Damned (MC5, Stooges). Acelerados, anfetaminados, más autosuficientes; pero, al fin y el cabo, el mismo sonido. Y no hay nada malo en ello. Sólo que pone en tela de juicio la verosimilitud de su rechazo a la tradición.


La No Wave neoyorquina, por otro lado, sí es una ruptura. Para algunos, éste es el verdadero punk. En el New York de 1979, un puñado de grupos de nombre marciano (DNA, Mars, James Chance & The Contortions, Teenage Jesus & The Jerks) representaron una verdadera herejía, un ultrajante desaire a la tradición rock. Para empezar, sus influencias: el free jazz de Albert Ayler, la experimentación de La Monte Young, el blues desmoronao de Captain Beefheart, el ambientalismo incómodo de Can o Faust. De los grupos recientes, sólo parecían aceptar a Stooges, Voidoids y, muy especialmente, a Suicide. El dúo neoyorquino de electrónica rockabíllica, con su look futurista, actitud de “No queremos entretener a la gente”, desprecio por las convenciones del rock y sonido amenazante serían considerados, con razón, los padrinos de la No Wave.

Contraportada del mítico recopilatorio No New York

El recopilatorio No New York de 1979, recopilado por Brian Eno, pondría a algunos de aquellos extremistas en el mapa. Tanto DNA (el trío de Arto Lindsay) como Mars reestructuraron la canción pop, ignorando acordes, dejando el esqueleto o inundándolo de ruido. Los Contortions de James Chance mezclaban James Brown y free jazz con tupés en crecimiento y aullidos acuchillantes. ¿Y Teenage Jesus & The Jerks? La temática torturada, imagen criminal y sonido nuclear del grupo de Lydia Lunch no eran precisamente para bailar-pegados-es-bailar. Y había más: las fenomenales UT, ni un sólo acorde convencional. Las tribales punk-funkeras Bush Tetras. Los breves Theoretical Girls, de donde emergería el experimentalista Glenn Branca. Y, naciendo de los coletazos finales del asunto, los padres del indie: Sonic Youth.



La No Wave era un movimiento sin mandamientos. Sus cohesiones eran la amistad, la colaboración mutua y el entorno urbano, pero también un nihilismo, rechazo a pasado/futuro, voluntad autodestructiva y completo desinterés en el “éxito” que se antojaban honestos. Mucha gente se hace suya esa herencia, pero poca lo merece. El músico Adrián de Alfonso (de los barceloneses Veracruz, pero también de Bèstia Ferida, que cuenta en sus filas con Mark Cunningham, de Mars) comenta al respecto: “Ahora mismo hay infinidad de grupos que hacen ruido, pero curiosamente son muy pocos lo que siguen el camino abierto por Mars, DNA y compañía. (...) Paradójicamente, del componente bailable y espasmódico que muchos de aquellos grupos tenían, sí se ha sacado bastante provecho en los últimos años, aunque entonces tendríamos que fijarnos en ese supuesto pop independiente que se nos dispara desde bares, discotecas e ipods varios. Un pop al que ni se le ocurre heredar el carácter amenazante que primaba entonces, eso por descontado... No vaya a ser que alguien salga malherido”. De Alfonso menciona a Weasel Walter, Old Time Relinjun, Erase Errata, Get Hustle y Lightning Bolt como merecedores de la corona de espinas de la No Wave. Y, para los que prefieran exhumar a sus pioneros, ahí está el fantástico libro de Marc Masters No Wave documentando todo el fenómeno con gran lujo visual y verbal.

lunes, 12 de mayo de 2014

DEAN WAREHAM RESUCITA A LOS GALAXIE 500 EN EL VÉRAL 2014

Dean y Britta en el Lava de Valladolid (la foto es mía)

Valió la pena la espera. Era casi la una de la madrugada cuando Dean Wareham (ex Galaxie 500), su bella esposa Britta Phillips y el resto de su banda salieron al escenario del Véral 2014 en el LAVA de Valladolid. Dean salió con gafas de pasta y ropa de andar por su barrio y Britta salió luciendo muslo y pantorrilla con una ceñida minifalda, para regocijo del público masculino. 

Algo debió ir mal técnicamente desde el principio porque Dean recibió una pequeña descarga eléctrica cuando se acercó al micrófono y su señora le advirtió a los técnicos que "he got a shock", es decir, que había recibido un calambrazo. Aun así, con comienzo falso y todo, la cosa arrancó, sino recuerdo mal, con "Emancipated Hearts", la canción que dio título al EP que publicó Wareham meses antes de lanzar su primer disco en solitario en el corriente año y que combina ritmos electrónicos a lo New Order con guitarras inspiradas por aquel sereno tercer LP de The Velvet Underground. Pero pronto Dean y compañía tiraron del ya legendario material de los Galaxie 500 para meterse el público en el bolsillo, lo que consiguieron. Así, pronto vino aquel "Strange" del segundo álbum de los Galaxie 500, On Fire, una de mis canciones favoritas, cuya segunda estrofa no pudo cantar Dean al completo por culpa del maldito micro. Menos mal que finalmente los técnicos envolvieron el micro en lo que parecía algún tipo de material aislante y pareció solucionarse el problema (eso sí: a mitad de concierto). También hizo las delicias del respetable la grandiosa "When Will You Come Home", "My Blue Thunder" (¡esos gloriosos falsettos!) y, cómo no, "Tugboat", prodigio de hermosa simplicidad que Dean y su banda no alargaron en exceso (recurso fácil de los directos). De hecho, fue de ejecución más concisa que la del LP.

Otra foto de Dean y Britta.

Tampoco faltaron los temas clásicos de Luna como ese loureediano "Tiger LiLy" del LP Bewitched de 1994. Ni tampoco el corte que ha servido como single de su LP en solitario, "The Dancer Disappears". Pero Dean sabía que el público quería volver a vivir la magia contenida en los surcos de los discos de Galaxie 500 y dio a éste lo que buscaba. Si cerrabas los ojos podías imaginar estar en un concierto de los Galaxie de finales de los 80. Y es que la música de Wareham siempre sonará a Galaxie 500. Hay algo en ella que la hace inconfundible.  Ese cruce entre el clasicismo de un Lou Reed y la ensoñación adolescente de un Jonathan Richman. Y es precisamente esa componente soñadora la que le da a la banda un sonido tan diáfano en directo como resultado de no machacar al personal con exceso de decibelios que desfigura el sonido y da dolor de cabeza. Al final el concierto se cerró con una estupenda versión de un clásico del indie de los 80, que el público más joven por una cuestión cronológica no parecía conocer: nada menos que el "Indian Summer" de Beat Happening, otros campeones del rock minimalista.


Dean y su banda en concierto en Philadelphia el 06/04/2014 tocando "Emancipated Hearts".

Tan solo puedo reprochar a Wareham y familia que no hicieran algún bis con algún que otro cover de los suyos (Velvet, Richman, Joy Division, Dream Syndicate, Young Marble Giants). Pero quizá, debido a que ya era un poco tarde (el comienzo de las actuaciones se había retrasado mucho) y aún quedaba otra banda por tocar, Wareham y los suyos tras una hora escasa de concierto recogieron sus bártulos y no volvieron a aparecer. Sea como fuere, asistir a la resurrección del espíritu de Galaxie 500 no fue poca cosa. No me acuerdo de lo que soñé aquella noche pero sí de lo que sonaba en el sueño.

Dean y su banda en concierto en Carrboro, North Carolina, el 03/04/2014 tocando "Strange".

miércoles, 7 de mayo de 2014

MOJAVE 3. "PUZZLES LIKE YOU" (2006). Luminoso brit pop con trazas de country y psicodelia


Los fundadores de Mojave 3, Neil Halstead, Rachel Goswell y Ian McCutcheon, procedían de la escena shoegaze de los 90 (los tres eran miembros de Slowdive) cuando una steel guitar se cruzó en su camino. Desde ese momento el dream pop heredado de Slowdive tomó tintes country e incluso psicodélicos acercándose a lo que harían al otro lado del Atlántico Beachwood Sparks  o Band of Horses pero sin perder sus esencias británicas.


Desde 1995 hasta la fecha, Mojave 3, publicaron cinco elepés. Su último disco hasta la fecha, Puzzles Like You, vio la luz en 2006 (desde entonces la banda se ha tomado una serie de años sabáticos) y es una pequeña joya del brit pop. Desde su explosivo primer tema, "Truck Drivin' Man", donde emergen como una especie de Long Ryders británicos, los guiños al country rock son evidentes. Las armonías vocales remiten a la costa oeste norteamericana y los teclados a los combos surferos proto-psicodélicos de la soleada California. La canción que da título al disco, sin embargo, tiene más referencias al brit pop de The La's o de The Go Betweens (estos últimos, australianos de nacimiento pero ingleses de adopción) y es pegadiza como el mejor hit. De hecho, este tema salió como segundo single del LP, en noviembre del 2006, ya que el primer sencillo fue la canción que le sigue en el disco "Breaking The Ice", otro prodigio de luminosidad melódica y de sensibilidad.

La steel guitar aparece para campar por sus fueros en el cuarto corte, "Running With Your Eyes Closed", una pieza del mejor country-pop modernizado que parece fundir a Neil Young y Belle and Sebastian. También tiene aires de balada country gracias al sonido de la steel guitar "Most Days", uno de los cortes más bellos y melancólicos del álbum, en el que la voz de Rachel Goswell hace unos coros deliciosos. Pero si me forzaran a escoger una canción de este LP me decidiría por el siguiente corte, "Big Star Baby", un temazo pop con un estribillo memorable en el que no sabemos si Mojave 3 están haciendo un guiño al mítico grupo de pop americano... De todas formas, el tema habría quedado perfecto versioneado por Alex Chilton.



Con "Ghostship Waiting" Mojave 3 deciden imprimir más garra al disco y se adentran en un rotundo power pop que recuerda bastante a sus compatriotas Teenage Fanclub. Pero el plato fuerte en lo que a la vena psicodélica de la banda se refiere es "KIll The Lights", un bombazo lisérgico recorrido por un teclado que hace levitar a cualquier aficionado al género. Junto con "Big Star Baby" la mejor canción del disco para el que escribe estas líneas. Con "You've Said It Before" vuelve el dream pop exquisito envuelto en una lánguida steel guitar y un juguetón ritmo electrónico. 



Y tras la calma llega la tempestad eléctrica de "To Hold Your Toes", un torpedo de noise pop traspasado por un punzante fuzz que recuerda a aquel glorioso "Debaser" de The Pixies. A este corte le sigue "Just A Boy" en el que las influencias psicodélicas afloran de nuevo esta vez de forma más garajera aunque también hay mucho del brit pop de toda la vida; de hecho, se diría que el tema es una inaudita mezcla entre The Smiths y Chesterfield Kings. Por último, el disco se despide sin hacer ruido con el dream pop acústico y preciosista de "The Mutineer". Como debe ser.