sábado, 16 de marzo de 2013

LAS GUITARRAS QUE CAMBIARON EL MUNDO

Darío Manrique
Rolling Stone, 01/11/2012

Éstas son algunas de las guitarras más legendarias de la historia, las Tizonas de los dioses de las seis cuerdas rockeras.

Gibson ES 355 - Chuck Berry
Aunque al principio tocaba otras guitarras, desde que Gibson la puso a la venta, en 1958, Berry ha usado una ES 355, normalmente en color rojo cereza (o una de sus primas, la 335 o la 345), para desarrollar el estilo que luego imitarían Keith Richards o John Lennon. Vista la estatura de su leyenda y que otros artistas como Jimmy Page, BB King o Dave Grohl tienen su propio modelo signature de Gibson, lo normal sería que Berry también lo tuviera (hay hasta un grupo de Facebook que lo pide), pero se dice que el dinero que pide el pesetero de Chuck por que el instrumento lleve su nombre es excesivo.




1958 Gretsch G5810 - Bo Diddley 
Bo Diddley creó esta guitarra rectangular, construida por Gretsch a petición suya, en 1958, (aunque Diddley llevaba desde los 17 años haciéndose guitarras con formas inusuales). Decía que le resultaba más cómoda y le permitía moverse mejor por el escenario, y la “caja de puros”, como fue bautizada, le diferenció y se convirtió en una de sus marcas personales, tanto como el ritmo que lleva su nombre y que sería imitado por docenas de artistas.



1953 Fender Telecaster “Micawber” - Keith Richards
Tiene mérito destacar entre las alrededor de 3.000 guitarras que Richards ha ido coleccionando a lo largo de su vida, pero esta Telecaster, bautizada Micawber en homenaje a un personaje de la novela David Copperfield, de Dickens, es la más conocida de todas, la que el Stone lleva usando de manera ininterrumpida desde 1971, en la grabación del Exile on Main Street. Tiene la muy particular afinación que le gusta a Keith, además de sólo cinco cuerdas, otra de las manías del guitarrista. 




Gibson ES-355 “Lucille” - B.B King 
En 1949, una pelea por una mujer originó un incendio en el garito donde tocaba BB King, quien arriesgó la vida por rescatar a su guitarra. Luego averiguó que la muchacha en disputa se llamaba Lucille, nombre con el que desde entonces ha bautizado a todas sus guitarras. Desde 1980 Gibson le fabrica una ES-355 a medida, siempre en negro. “Parece que le guste que le acaricien y jueguen con ella”, escribió King en las notas de su disco Lucille (1968): “Lucille sólo quiere tocar blues/ Lucille es real, cuando la toco es como si escuchara sus palabras/ Y, por supuesto, la escucho llorar”. Además de ese álbum, BB King le ha dedicado al menos dos canciones a su guitarra favorita.





1956 Fender Stratocaster ‘Brownie’ - Eric Clapton

La Brownie de Clapton dio el contrapunto a la Les Paul de Duane Allman en la grabación del disco de Derek and the Dominoes Layla and other assorted love songs, pero además posaba junto a su dueño en la portada del primer disco en solitario, homónimo, del guitarrista. Comprada en Londres en 1967, cuando aún militaba en Cream, la subastó en 1999 para conseguir fondos con destino a Crossroads, el centro de rehabilitación para alcohólicos y toxicómanos que él mismo había fundado. Sacó casi medio millón de dólares. Ahora se puede ver en el Experience Music Project de Seattle, junto a otras históricas Strato como la de Jimi Hendrix.





1959 Gibson Les Paul Standard “Number 1” - Jimmy Page
Comprada a Joe Walsh, de los Eagles, por 1.200 dólares en 1969, es la guitarra que define a Jimmy Page, que hasta entonces usaba Fender Telecaster. “Joe me la trajo cuando tocamos en el Fillmore de San Francisco”, contó Page años después: “Insistió en que se la comprara, y tenía razón”. En 1973 compró otra igual, la Number 2, para no dañar la primera cuando, por ejemplo, la tocaba con un arco de violín interpretando Dazed and confused. Page ha comentado que le han llegado a ofrecer un millón de libras por la Number 1. En 2005 Gibson la replicó -incluyendo las modificaciones que Page le hizo a lo largo de los años- en una edición limitada.




1957 Gretsch Duo Jet - George Harrison
“Fue mi primera guitarra americana de verdad. Y te diré que, aunque era de segunda mano, la cuidé muchísimo. Estaba muy orgulloso de tenerla”, dijo George Harrison sobre esta guitarra, comprada en Liverpool con 18 años a un marinero reconvertido en taxista, quien a su vez la había comprado en Nueva York. Fue la guitarra que le acompañó a Hamburgo, en la etapa de The Cavern y con la que grabó Please please me, el primer disco de los Beatles. Harrison pasó a otras guitarras a partir de 1963 y le regaló esta a su amigo Klaus Voorman (diseñador de la portada de Revolver), pero en 1989 la recuperó para la portada de su álbum en solitario Cloud nine.




1957 Gibson Les Paul Goldtop - Duane Allman
Allman no tenía un particular apego por este instrumento, con el que grabó Layla, junto a Eric Clapton, y los dos primeros álbumes de los Allman Brothers: tras acabar el segundo, se la cambió a un colega por otra. Con el paso de los años, ha vuelto a Macon, Georgia, ciudad de los Allman, en cuyo museo se puede ver temporalmente. Su actual dueño la compró en 1977 por 475 dólares, lo que costaba entonces ese modelo de Gibson con 20 años de antigüedad, aunque no hubiera pertenecido a Allman. Vamos, una ganga.





1964 Airline Res-O-Glas - Jack White
En los 60, con la expansión del rock, se comenzaron a fabricar en EE UU guitarras baratas como esta Airline, producida por la compañía Valco en fibra de vidrio y vendida por catálogo o en grandes almacenes. Duraron poco tiempo y nunca tuvieron el prestigio de sus compañeras de madera, pero con los años algunos tipos listos como Jack White han sabido ver la calidad de modelos como éste, el Jetson, también llamado JB Hutto por el bluesman que la usó durante años. Actualmente han vuelto a fabricarse y se venden por partes, para que cada cual se monte en casa el modelo como le plazca.





1968 Fender Stratocaster - Jimi Hendrix
La Stratocaster alcanzó categoría de icono con la actuación de Hendrix en Wooodstock (1969), cuando interpretó el himno estadounidense. Tras la muerte de Hendrix en 1970 se la quedó su batería, Mitch Mitchell, que 20 años después la llevó a un taller de Fender para que fuera reparada (tenía óxido y quemaduras, pues Hendrix colocaba sus pitillos en la sexta cuerda) y así poder subastarla. Mitchell sacó 200.000 libras (250.000 euros), aunque tres años después alguien pagó 1,3 millones de dólares (un millón de euros). Luego, Paul Allen, fundador de Microsoft, pagó una cifra no revelada para exponerla en el Experience Music Project de Seattle, ciudad natal del guitarrista.